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Los símbolos de los disparates.













Diarrea por exeso de spici lectura

Terminé algún capítulo del "Péndulo de Foucault" y salté estrepitosamente de la cama en dirección a la computadora. Espero que la misma termine con su parnafernalia, y casualmente me encuentro ante sus ojos, lector.
Si, si, a Newton se le cayó una manzana en la cabeza, rebotó en el pasto, recorrió espacio- tiempo, y se la comió Eva. Luego, el mísmo fruto metafórico enmarcado en la Ley Gravitatoria y en La Biblia, yace en un cajón con cierta etiqueta que lo caracteriza y envuelto en un papel púrpura o violeta, for export.
Es una manzana señor cabalista, es eso. Dígame usted que no la puedo comer y entablaremos batalla. Solamente si usted me aclara que esto es literatura, la gozaremos con un Tannat mediante, risas, lágrimas y algún improperio digno del caso, a modo de acento.
Dígame usted científico, si los sueños tienen masa. O si se la ponemos para divertirnos un rato. Juguemos para comprender.
¿Existe la gravedad o la creó aquél que se paró sobre hombros de gigantes?
¿Es plana la tierra?
Parecen preguntas estériles, como algunos instrumentos, y tal vez lo sean. Pero fecundan reiteradamente aquello que hizo el señor Newton. La incertidumbre. Bichito hermoso como la Venus arcaica.
Rodeados de satélites, triangulando imágenes planas, y con unas cuantas conjeturas apoyadas en guarismos razonables, creemos tener la certeza.
Ahora bien, un círculo perfecto para el renacimiento, una elipse en el barroco. A mí me gustaría que fuera un vulvo amorfo para el 2030. ¿A usted?
¿Y si somos un punto, igualito a la definición matemática del mismo, es decir, nada, una referencia?
Pudiendo ser, la gravedad, una fuerza exógena independiente a la masa terrestre. ¿Qué tul? ¿Un disparate no?
Ah, si, mi querido hombre de ciencia, las variables son tantas que hay que acotarse a los paradigmas, lo pragmático por ejemplo.
Me sirve para calcular la presión de agua en cierto punto de su instalación sanitaria. Podemos también tirar una bombita y prever su trayectoria, etc..
Juguemos hombre de la ciencia, pero sepamos que esto es lúdico, no se me enfurezca por tan poca cosa.
¿Me vas a definir la vida con el pragmatismo?
Usted bien sabe que ni la suya conoce. ¿Se atreve a definir la de los demás? ¿Y todavía se rige por su literatura?
Amigo mio, yo en ocasiones también pienso en abrazar el todo. No hay mejor manera de alcanzarlo con los brazos que simplificándolo mediante la razón. Lo sé, o al menos lo pienso así.
Pero, los sueños no tienen masa. ¿O si?
¿Me va a planificar todo un futuro prescindiendo de eso?
En solo un sueño de siesta, se pueden juntar pasado, presente y futuro sin orden alguno y parámetros espaciales diversos. Tal vez, cuando me despierto, me caigo de la cama sobre la manzana. Y cómo duele.
Hasta aquí, usted y yo, estamos desorientados por los párrafos anteriores. Y mire que he releído esto más que usted probablemente. Pero no lo quiero cambiar, es como un desafío, para ponerle algún paradigma contemporáneo.
Algún día le explicaré como la sarta de disparates antedichos agarra coherencia con la interpolación de sus símbolos. Léase, los símbolos de los disparates.


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